¿Qué son los Trastornos Psicosomáticos?
Los trastornos psicosomáticos son aquellos en los que experimentamos síntomas físicos y orgánicos reales que resultan inexplicables desde el punto de vista médico, que no se pueden atribuir a una enfermedad física y para los que han fracasado los tratamientos médicos habituales. Estos síntomas físicos son excesivos y no encuentran explicación médica según nuestra historia clínica y las pruebas médicas realizadas.
¿A qué son debidos? ¿Quiénes lo pueden padecer?
Se dan por una combinación de factores biológicos, ambientales, sociales y psicológicos que predisponen a sufrir estas enfermedades y dolencias y que a veces complican o empeoran los síntomas que sentimos.
A veces, existen factores psicológicos relacionados con nuestras emociones y con nuestra forma de afrontar el mundo que nos terminan enfermando por no poder dar respuesta a la vida como nosotros quisiéramos. Otras veces, primero nos aparece la enfermedad y el afrontamiento psicológico desadaptativo que tenemos complica el curso de la misma o los síntomas que sufrimos.
Las personas con dificultad para expresar los sentimientos y las emociones o para afrontar el estrés pueden ser más propensas a padecer un trastorno psicosomático.
Se ha visto que la no expresión de emociones, el ser sumiso, pasivo o conformista puede ser un factor de riesgo para padecer algunos tipos de cáncer.
Las personas hiperactivas, impacientes, agresivas, que se sobreimplican en el trabajo y que viven siempre bajo la presión del tiempo, pueden padecer hipertensión, cardiopatías, infartos…
Las personas tranquilas y confiadas, que expresan lo que quieren con calma y seguridad, son las menos proclives a sufrir una enfermedad psicosomática.
Tipos de Trastornos Psicosomáticos
Los trastornos psicosomáticos pueden afectar a la piel (urticaria, alopecia, dermatitis…), al aparato respiratorio (asma, rinitis), al sistema inmunológico (cáncer, alergias…), al aparato digestivo (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, estreñimiento, acidez…), al aparato circulatorio (arritmias, taquicardia…), al sistema endocrino (diabetes, hiper o hipotiroidismo, obesidad…), al dolor crónico (fibromialgia, migrañas, artritis reumatoide…), al aparato genitourinario (reglas irregulares, dismenorreas…), y a los huesos y músculos (espalda cargada, cefaleas tensionales…). Es decir, prácticamente cualquier parte de nuestro cuerpo puede verse afectada por factores psicológicos que no conocemos ni controlamos.
Tratamiento de los Trastornos Psicosomáticos
Todo esto se explica porque somos una unidad cuerpo-mente, y por mucho que queramos separarlo (como siempre ha hecho la medicina tradicional), no podemos olvidar que somos un todo y que ese todo compone nuestro ser. La ansiedad y el estrés afecta directamente a nuestro cuerpo, y cualquier dolencia o malestar afecta directamente a nuestro estado de ánimo.
La terapia va encaminada a integrar todas nuestras emociones y pensamientos relacionados con el problema, a paliar el impacto que tiene la enfermedad en nosotros, a analizar los mecanismos de interacción entre nuestro cuerpo y nuestro sentir, a potenciar el darnos cuenta de lo que verdaderamente necesitamos, y a desarrollar estrategias para afrontar mejor el problema y nuestra vida y reducir el estrés y el malestar.