
¿Qué son los Trastornos Psicóticos?
Nadie se espera sufrirlo ni tampoco que le suceda a tu hijo/a. Pero a veces pasa… La conducta se vuelve extraña, los sueños se mezclan con la realidad y nadie percibe el mundo como ellos lo están viviendo. Es complicado entrar en su mundo. Es complicado querer imponerles el nuestro.
El brote psicótico caracteriza a los trastornos psicóticos, y se puede definir como una ruptura de la mente en un momento determinado que hace que el sujeto perciba una realidad completamente ajena a la que los demás percibimos. Comienzan las alucinaciones, en forma de voces más habitualmente, que el sujeto las toma como reales. Las voces les mandan hacer cosas, les sugieren, les avisan, les asustan, les protegen. También pueden sentir sensaciones táctiles, visuales, olfativas o gustativas. Las ideas delirantes son pensamientos que se les imponen de forma rígida y segura, y que pueden variar en contenido. Pueden imaginar que les están persiguiendo, controlando, manejando, dirigiendo, envenenando; que ellos mismos son seres enviados o especiales o personas famosas; o que están vacíos por dentro y que sus órganos van fallando; o imaginar una historia completamente elaborada. Y todo esto, en ese momento, es su realidad.
Otras veces, los síntomas de los trastornos psicóticos no son tan adornados, pero son más graves y difíciles de combatir. Pueden quedarse absolutamente ensimismados, absortos en sí mismos, como abducidos. Pueden estar presentes y parecer que no están. No hablan, miran de forma perdida, se abandonan a sí mismos, no disfrutan, no sonríen, no interaccionan, no hacen nada. Parece que no sienten… Yo creo que sí. Es como que están en un sueño del que hay que despertar poco a poco y al ritmo que la persona pueda.
Tipos de Trastornos Psicóticos
La Esquizofrenia es el trastorno por excelencia dentro de los trastornos psicóticos. Puede haber diferentes tipos de Esquizofrenia y tener una evolución diferente. Tenemos la Esquizofrenia paranoide (ideas delirantes); Esquizofrenia hebefrénica (alteraciones emocionales); Esquizofrenia catatónica (alteraciones motoras); Esquizofrenia indiferenciada (alterna criterios anteriores).
Dependiendo del número de brotes, de síntomas, del tiempo que duren, y de la recuperación posterior, el resto de los trastornos psicóticos reciben diferentes nombres: Trastorno Esquizofreniforme, Trastorno Psicótico Breve, Trastorno Delirante, Trastorno Esquizoafectivo, Trastorno Psicótico Compartido, Trastorno Psicótico inducido por sustancias, Trastorno Psicótico debido a una enfermedad grave.
Evolución de los Trastornos Psicóticos
Cuando la persona está en pleno brote psicótico, generalmente tiene que ser ingresada en una planta de psiquiatría. El ingreso suele darse de forma involuntaria y tiene que ser inducido por los familiares. Aunque es una decisión muy complicada, a veces es la única decisión acertada.
Tras pasar el brote psicótico, hay que ver en qué estado queda el paciente. Muchas veces, sobre todo si son los primeros brotes, vuelve progresivamente a la normalidad y a adaptar de nuevo su vida. Otras veces, el estado del paciente tiene cierto tinte depresivo, con una baja energía y menor actividad, requiriendo una rehabilitación funcional para poder recuperar una vida lo más adaptada posible. Así mismo, sobre todo si la persona ha sufrido un número importante de brotes psicóticos, puede presentar cierto deterioro cognitivo.
Tratamiento de los Trastornos Psicóticos
Hasta hace pocos años, el único tratamiento para los trastornos psicóticos era farmacológico. Se toman antipsicóticos, antidepresivos, y/o ansiolíticos, con el fin de regular adecuadamente las sustancias químicas del cerebro. Cada tratamiento es individualizado, y no todas las personas necesitan el mismo fármaco ni las mismas dosis. Este tratamiento tiene que ser regulado, ajustado y seguido por un médico psiquiatra.
Hoy en día, se ha visto que el tratamiento farmacológico es necesario, pero no suficiente. Debe ir acompañado por un tratamiento psicológico adecuado, bien individual, bien grupal. El tratamiento psicológico tiene que estar adaptado al momento de evolución de la enfermedad que esté sufriendo el paciente, a su estado funcional, a sus características personales y a su vida actual. Este tratamiento tiene que estar basado en técnicas de psicoeducación, la terapia cognitivo-conductual, y la terapia interpersonal y del ritmo social. Debe abarcar aspectos como informar a la persona para que tenga conciencia de la enfermedad con la que vive y los cuidados que requiere, así como aspectos para mejorar el afrontamiento de su vida diaria, aumentar su autoestima y sus habilidades sociales, planificar su tiempo libre, mejorar su calidad de vida y tener una rehabilitación al máximo nivel que se pueda. No se pueden olvidar los aspectos emocionales y la forma de sentir que en ese momento tenga la persona, para acoplar la terapia a su ritmo y potenciar estos aspectos desde su persona. También es importante acompañarlo por una terapia familiar para que los allegados dispongan de una adecuada información sobre la enfermedad y que mejoren el apoyo y la relación con la persona que sufre el trastorno psicótico.
Un adecuado tratamiento combinado (farmacológico y psicológico) ayuda a prevenir recaídas, reduce las hospitalizaciones y mejora la adaptación de la persona a su vida cotidiana garantizando la calidad de la misma.
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